Carl Gustav Jung, psicoanalista de cuento. Cap 35 y 36



Carl Gustav Jung(Suiza 1875-Zúrich 1961) fue un médico psiquiatra, psicólogo y ensayista suizo, figura clave en la etapa inicial del psicoanálisis; posteriormente, fundador de la escuela de psicología analítica, también llamada psicología de los complejos y psicología profunda.2

Se le relaciona a menudo con Sigmund Freud, de quien fuera colaborador en sus comienzos. Jung fue un pionero de la psicología profunda y uno de los estudiosos de esta disciplina más ampliamente leídos en el siglo xx. Su abordaje teórico y clínico enfatizó la conexión funcional entre la estructura de la psique y la de sus productos, es decir, sus manifestaciones culturales. Esto le suscitó a incorporar en su metodología nociones procedentes de la antropología, la alquimia, la interpretación de los sueños, el arte, la mitología, la religión y la filosofía.

De niño fue introvertido y muy solitario. Aunque la relación con sus progenitores era muy próxima y afectuosa, desde temprano sentiría cierta decepción por la manera en que su padre abordó el tema de la fe, a la que consideraba tristemente precaria.

La «religión teológica» no podía servirme para nada, pues no correspondía a mi experiencia de Dios. Sin esperanza de saber, exigía creer. Esto lo había intentado mi padre con grandes dificultades y había fracasado en ello. Mal podía mi padre defenderse contra el ridículo materialismo del psiquiatra. ¡Esto era también algo que debía creerse exactamente como la teología! Yo estaba más seguro que nunca que a ambas les faltaba tanto la crítica del conocimiento como la experiencia.

Carl Gustav Jung. Recuerdos, sueños, pensamientos.4

Jung no era, sin embargo, hostil a la religión, sino que por el contrario declararía que el ser humano es religioso «por naturaleza»5​ y en su trayectoria resaltaría el valor de la experiencia religiosa para el entendimiento de la mente humana, rescatando simbolismos de la tradición cristiana y reinterpretándolos desde su perspectiva psicológica.6​ Por esto mismo, la religiosidad fue uno de los objetos principales de su estudio,7​ y más tarde mostraría interés por el misticismo.8

Foto familiar junto a su padre Paul Achilles, su hermana Johanna Gertrud y su madre Emilie Preiswerk, circa 1896.

Durante su adolescencia y juventud fue un lector entusiasta, especialmente cautivado por la obra literaria de Goethe. También era profundo su interés por los ensayos de filósofos como von Hartmann y Nietzsche. En su autobiografía, describe el acercamiento a la obra de este último Así habló Zaratustra como una experiencia conmocionante, solo comparable a la inspirada por el Fausto de Goethe.


Jung anhelaba estudiar arqueología en la universidad, pero su familia carecía de recursos para enviarlo más lejos de Basilea, donde no dictaban esa carrera, por lo que (contra los deseos de su entorno) decidió estudiar medicina en la Universidad de Basilea, Disponía de dos opciones: cirugía o medicina interna.

Se conformaría finalmente con la modesta posibilidad de trabajar como asistente en un hospital local con la finalidad de evitar contraer deudas para poder estudiar.

Durante las vacaciones de verano, acontecieron dos sucesos los cuales irían conformando el destino y evolución profesional de Jung. La rotura por la mitad de una mesa redonda de nogal, con setenta años de antigüedad, en presencia de su madre, hermana y criada, y catorce días después, un aparador, mueble originario del siglo xix. En su interior se hallaba la cesta del pan, rectangular, dispuesta de tal modo que en una esquina se encontraba el mango del cuchillo y en las otras tres, los tres trozos en que había quedado dividido el utensilio. Descartándose causalidades al uso, supieron de ciertos familiares inmersos en prácticas espiritistas, y de una médium de poco más de quince años, los cuales decían querer ponerse en contacto con él.

Todo ello atrajo el interés de Jung, generando a lo largo de dos años la elaboración de su propia tesis doctoral Acerca de la psicología y patología de los llamados fenómenos ocultos .

la mano del destino unida a la curiosidad le hicieron ojear el Manual de psiquiatría del psiquiatra alemán Richard von Krafft-Ebing.12 y El 10 de diciembre de 1900 ocuparía su puesto de ayudante en la clínica psiquiátrica de Burghölzli durante tres años, dejando atrás Basilea y marchando gustoso a Zúrich. Como comentará, «durante medio año me encerré para habituarme a la vida y al espíritu de un manicomio y me leí los cincuenta volúmenes de la Revista general de Psiquiatría desde sus orígenes, para conocer la mentalidad psiquiátrica». «En tales condiciones comenzó mi carrera de psiquiatra, mi experimento subjetivo del cual nació mi vida objetiva».14

Actividad en el campo de la psiquiatría

Ante la pregunta «¿qué sucede en la enfermedad mental?», Jung se encontrará por entonces, con un reduccionismo dirigido a diagnósticos, descripción de síntomas y estadísticas.

La psicología del enfermo mental y su correspondiente individualidad implícita eran inexistentes.

De ahí que el posterior encuentro con Sigmund Freud le ayudase a revertir dicha tendencia, sobre todo a través de la psicología de la histeria y del sueño. Freud insertaba en la psiquiatría cuestiones de la psicología.Será en este contexto donde comience a elaborar y aplicar su famosa prueba de asociación o experimento de asociación de palabras que lleva su nombre

Recapitula Jung diciendo que la verdadera terapéutica comienza con la investigación de la «historia personal secreta» de la persona aquejada por su enfermedad; su averiguación debe remitir al profesional hacia lo consciente, pero también, y sobre todo, a lo inconsciente, con lo que el ensayo de asociación, la interpretación de los sueños y el contacto humano con el paciente son de vital importancia. Todo diagnóstico debe ir acompañado por tanto de dicha historia personal antes de recabar en la correspondiente solución psicoterapéutica.

En 1905 se doctoró en psiquiatría, siguió enseñando hasta 1913. Por entonces focalizaba su interés en psicopatología, psicoanálisis y la psicología de los pueblos primitivos.


De 1904 a 1905 fundará en la clínica psiquiátrica un laboratorio de psicopatología experimental, de donde surgirán tanto la prueba de asociación como los experimentos psicogalvánicos.

Por entonces se iniciarían sus sospechas respecto del origen «psíquico» de la esquizofrenia, comprender por vez primera el lenguaje de las personas aquejadas de dementia praecox.

Me di cuenta más de una vez que en tales pacientes se oculta en el trasfondo una «persona» que debe definirse como normal y que en cierta medida es testigo. (...) En los enfermos mentales sólo es visible exteriormente la trágica destrucción y sólo excepcionalmente la vida de aquel aspecto del alma que se nos oculta.

Carl Gustav Jung. Recuerdos, sueños, pensamientos.16

Psicología analítica

Jung ve imposible  dar una respuesta terminante acerca del método analítico o psicoterapéutico ideal. La terapéutica en cada caso es distinta y la curación debe surgir del propio paciente de manera natural.

La psicoterapia y los análisis son tan distintos como los mismos individuos. Yo trato a cada paciente lo más individualmente posible, pues la solución del problema es siempre personal. [...] Una solución que a mí no se me ocurra puede ser para otro precisamente la correcta. Naturalmente un médico debe conocer los denominados «métodos». Pero debe evitar el anquilosarse en lo rutinario. [...] Intencionadamente no soy sistemático. Frente al individuo no hay para mí más que la comprensión individual. Para cada paciente se requiere un lenguaje distinto.

Carl Gustav Jung. Recuerdos, sueños, pensamientos.17




Freud, Jung y el psicoanálisis

Desde el inicio de su carrera psiquiátrica se interesó por los estudios de Sigmund Freud. La creación de un método de análisis de los sueños y su interpretación resultaron muy valiosos en la comprensión de la sintomatología psicótica.

Jung inició la lectura de La interpretación de los sueños (Traumdeutung, 1900) y la relacionó con sus propias ideas. Especialmente dos:

  1. la aplicación del concepto de represión como mecanismo de defensa, trasladado desde el campo de la neurosis al de los sueños. en sus propios experimentos de asociación de palabras, también Jung hallaba represiones a la hora de emitirse respuestas ante la sugerencia de determinados términos: o no se producían o el tiempo de reacción era comparativamente amplio.

  2. Jung mantuvo su oposición a que la causa de la represión se hallara en el trauma sexual. podía corroborar cómo existían numerosos casos que no se avenían a la sexualidad como etiología.

En el contexto académico de aquella época, Freud era considerado persona no grata. “A pesar de todo «me declaré públicamente a favor de Freud y combatí por él”.

Lo hizo ante un congreso en Múnich sobre neurosis forzadas, Jung escribiría ensalzando la teoría de la neurosis de Freud dada su contribución a las «neurosis forzadas», recibiendo como respuesta sendas cartas de advertencia de que su futuro académico peligraría proporcionalmente a su persistencia. Jung continuó manifestándose a favor, aunque manteniendo en discordancia la etiología sexual en las neurosis.

Sería por estas fechas (1906) cuando comenzaría el intercambio de correspondencia entre ambos autores y proseguiría hasta la fecha de su separación, 1913.


Un rasgo de su carácter me preocupaba en especial: la amargura de Freud. Para Freud la sexualidad significaba ciertamente un numinoso (Perteneciente o relativo al numen como manifestación de poderes religiosos o mágicos. Esto es "una experiencia no-sensorial y no-racional o sentimiento cuyo objeto primario e inmediato está más allá del sí mismo", ), pero en su teoría se expresa exclusivamente como función biológica. Sólo la inquietud con que hablaba de ello permitía deducir que en él resonaba más profundamente. En última instancia quería enseñar que, vista desde dentro, la sexualidad implicaba también espiritualidad o tenía sentido. Su terminología concreta era, sin embargo, demasiado limitada para poder expresar esta idea. Así pues, me daba la impresión de que trabajaba contra su propio objetivo y contra sí mismo; y no existe amargura peor que la de un hombre convertido en el más encarnizado enemigo de sí mismo. Según su propia expresión, se sentía amenazado por la «negra avalancha», él, que había propuesto principalmente vaciar las oscuras profundidades.

Carl Gustav Jung. Recuerdos, sueños, pensamientos.25


Sobre precognición y parapsicología

Cuando Jung visitó a Freud en Viena en 1909 le preguntó qué pensaba acerca de ello. Recibiría un más que predecible rechazo Sin embargo, «...transcurrieron todavía algunos años hasta que Freud reconoció la importancia de la parapsicología y la autenticidad de los fenómenos “ocultos”».

En 1908 Jung participó en el Primer Congreso de Psicoanálisis, realizado en Salzburgo, también denominado Primer Congreso de Psicología Freudiana o Primer Congreso Internacional de Psicoanálisis. Jung presenta allí la «teoría freudiana de la histeria».28

En 1909 se publica el primer número del Anuario de investigaciones psicoanalíticas y psicopatológicas , Y el mismo año, del 6 al 11 de septiembre, Jung es invitado a la Universidad Clark, en Worcester, Massachusetts, para dar unas conferencias sobre los ensayos de asociación. Freud sería también invitado 

El viaje a Estados Unidos duró siete semanas, durante las cuales permanecieron juntos todos los días y analizaron sus sueños. Ante algunos de los más importantes de Jung, Freud no supo qué interpretación darles. Sin embargo, Jung supo completar el análisis de un sueño de Freud, para lo cual requería de su sinceridad y de la comunicación de algún detalle de su vida privada. Freud respondió: «El caso es que no puedo arriesgar mi autoridad».33​ Jung entendió con ello que Freud anteponía la autoridad personal a la verdad. El final de la relación estaba ya consolidada 

Del sueño de Jung emergió su antigua afición a la arqueología, derivando hacia el estudio del simbolismo y mitología de los pueblos antiguos. Conjuntamente a su conocimiento sobre mitos surgirá Transformaciones y símbolos de la libido.

En marzo de 1910 se llevaría a cabo en Núremberg el segundo Congreso Internacional de Psicoanálisis, siendo designado Jung presidente permanente de la recién fundada Asociación Psicoanalítica Internacional (API) (renunciará en 1914).

En agosto de 1911 se publicó la primera parte de Transformaciones y símbolos de la libido: «Ahora lo veía claro. Él mismo (Freud) tenía una neurosis y concretamente fácil de diagnosticar por sus síntomas bastante desagradables, como descubrí en nuestro viaje a América. (...) Había visto que ni Freud ni sus discípulos podrían comprender qué significaba el psicoanálisis en la teoría y en la práctica, puesto que ni siquiera el maestro había logrado resolver su propia neurosis. Cuando anunció su intención de identificar y dogmatizar la teoría y el método, ya no pude cooperar más con él, y no me quedó más opción que retrotraerme a mí».36

Hacia 1912, Jung termina «El sacrificio», última sección de la segunda parte de Transformaciones y símbolos de la libido, sabiendo de antemano que lo expuesto le costaría su amistad con Freud. «Tenía que exponer allí mi propia noción del incesto, la transformación decisiva del concepto de la libido, además de otras ideas por las que me diferenciaba de Freud».36​ Se lo comentó a su mujer, estuvo dos meses preocupado y sin tocar pluma. Finalmente se decidió a escribir y le costó la amistad con Freud.

Freud se sintió disgustado con los descubrimientos que Jung le va transmitiendo, y así su correspondiente relación epistolar comenzó a reflejar la creciente tensión entre ambos.

Ruptura

En el año 1913 se produjo la ruptura definitiva con Freud. La separación afecta profundamente a Freud; Jung está destrozado. Consecuencia directa de dicho estrés fue la contribución a un colapso nervioso que amenazaba ya desde 1912. Renuncia por tanto a su puesto en la Universidad de Zúrich, aparentemente porque su consulta privada ha aumentado mucho, pero es más factible que fuera debido a su estado de salud

Su alegato de que trato a mis seguidores como pacientes es evidentemente falso.... Es una convención entre los analistas que ninguno de nosotros debe sentirse avergonzado de su propia neurosis.... Pero uno [refiriéndose a Jung] que, mientras se comporta anormalmente, sigue gritando que es normal da sustento a la sospecha de que le falta asumir su enfermedad. En consecuencia, propongo que abandonemos nuestras relaciones personales enteramente.

Sigmund Freud, 1913.3839

Tres días después Jung sentenció:

Querido señor profesor. Me resignaré a su deseo de renunciar a nuestras relaciones personales, pues jamás impongo mi amistad a nadie. Por lo demás, piense en lo que este momento significa para usted. «Lo demás es silencio». (...) Atentamente, Jung.4041

A partir de este año se iniciará en Jung su segunda etapa vital y de desarrollo tanto personal como profesional.

El análisis del inconsciente

Después de separarse de Freud comenzó para Jung una época de inseguridad interior y de desorientación, un período de turbulencia emocional, exacerbado por las noticias emergentes de la Primera Guerra Mundial, que tuvieron sobre él un efecto devastador, aun cuando radicara en la Suiza neutral. Henri Ellenberger calificó la experiencia de Jung como una «enfermedad creativa» y la comparó con el mismo período para Freud, al que definió en términos de neurastenia e histeria.

Entonces tuve un momento de extraordinaria lucidez, en el cual abarqué con la mirada el camino seguido hasta allí. Pensé: ahora posees la clave de la mitología y tienes posibilidad de abrir entonces todas las puertas que dan a la psiquis humana inconsciente. Pero entonces alguien susurró en mí: «¿Por qué abrir todas las puertas?». Surgió entonces la cuestión de qué era lo que yo había logrado hasta entonces. Había explicado los mitos de los pueblos primitivos, había escrito un libro sobre los héroes, sobre el mito en el que desde siempre vive el hombre. «Pero, ¿en qué mito vive el hombre de hoy?». «En el mito cristiano, podría decirse». «¿Vives en él?», me preguntaba. Si debo ser sincero, no. No es el mito en el que yo vivo. «¿Entonces ya no tenemos mito?». «No, al parecer ya no tenemos mito». «¿Pero cuál es, pues, tu mito, el mito en que tú vives?». Entonces me sentí a disgusto y dejé de pensar. Había llegado al límite.

Carl Gustav Jung. Recuerdos, sueños, pensamientos.42

A un análisis inicial de sus sueños, fantasías diurnas y contenidos del pasado, siguió la aceptación del desconocimiento de lo que le sucedía. decidió «abandonarse conscientemente a los impulsos del inconsciente». De ello derivó la necesidad del juego, la construcción y edificación infantiles como elementos preliminares en el hallazgo de su propio mito.

Sería el 12 de diciembre de 1913 cuando Decidió confrontar los contenidos de lo inconsciente y Poco a poco irían surgiendo diversas representaciones arquetípicas: el héroe (Sigfrido, la serpiente negra), la sombra, el propio yo como complejo, el viejo sabio (Elías, Filemón, el ka egipcio) o el ánima (Salomé).43

Tras una gradual transformación, en 1916 Jung sentiría la necesidad ineludible de escribir, sintiéndose «impulsado desde dentro a formular y expresar lo que podría haber dicho Filemón».

Acerca del origen de la obra

Para Jung, el análisis del inconsciente ya se había implantado al inicio de la segunda mitad de su vida. Añade que necesitó aún veinte años más para comprender los contenidos de sus imaginaciones, pero que lo fundamental en su obra fue hallar «la prueba de la prefiguración histórica de las experiencias internas». Es decir que, para confirmar sus ideas, debió buscar sus premisas en la historia. En ello desempeñó un papel fundamental su hallazgo de la alquimia.

El establecimiento de la psicología del inconsciente fue llevado a cabo por Freud a partir de dos motivos clásicos pertenecientes al gnosticismo: la sexualidad y la autoridad paterna nociva: se pasaría de Yahveh y Dios creador, al mito freudiano del padre primitivo superyoico. ¿carencia fundamental en el mito patriarcal y falocéntrico freudiano, pero también en el catolicismo, en el mundo protestante y judío? unilateralidad de lo masculino, la ausencia de lo femenino que en el gnosticismo se representó como la figura de la crátera (era un recipiente repleto de espíritu enviado por el Dios creador a la tierra para bautizar a aquellos que deseaban alcanzar una consciencia superior, un útero simbólico de renovación y renacimiento espiritual.) y que fue uno de los principales símbolos alquímicos femeninos, la retorta (vaso en el que se producían las transformaciones de la materia), 

Jung se dio cuenta de que predominaba el simbolismo en toda la disciplina de la alquimia, y Terminó dándose cuenta de que la psicología analítica concordaba con la alquimia, considerando su descubrimiento el equivalente histórico a la psicología del inconsciente.

Es precisamente a través de la alquimia como Jung se percató de que el inconsciente es un proceso dinámico, recíproco y bidireccional entre el yo y los contenidos de lo inconsciente, verificable a nivel individual, por los sueños y las fantasías, y a nivel colectivo, en los diversos sistemas religiosos y en la transmutación de sus símbolos.

Durante la década de los años 20, con cuarenta y cinco años de edad, una vez superada una crisis existencial «en la mitad de su vida», y aumentado complementariamente su reputación internacional, se dedicó durante cinco años a viajar asiduamente, sobre todo interesado en culturas primitivas.

En 1921 se publicará su obra Tipos psicológicos, donde desarrollará sus ideas de la existencia de dos actitudes de la psique: introversión y extraversión, así como cuatro funciones: pensamiento, sentimiento, sensación e intuición. También se incluye en dicha obra la primera alusión a su concepto central del sí-mismo como objetivo de desarrollo psicológico.

En 1923 muere su madre.

En el curso de la primera posguerra, Jung se convirtió en un viajero del mundo, gracias a los copiosos fondos que obtuvo por las ventas de sus libros, honorarios y dinero percibidos por haber alcanzado el status senior en las instituciones médicas para las que trabajaba. Los lugares que visitó fueron los siguientes:51

África del Norte

A comienzos de 1920, Jung fue invitado a viajar a TúnezArgelia y finalmente Susa. Posteriormente se dirigiría hacia el sur, a Sfax ,Tozeur, en el Sáhara, el oasis de Nefta, regresando a Túnez y embarcando hacia Marsella. Sería durante esa noche que tendría el famoso sueño del Kasbat.

su encuentro con la cultura árabe le llegará a impresionar poderosamente. extraerá su confrontación con el arquetipo de la sombra, no la individual, sino la colectiva, aquella que es reprimida en la psique inconsciente por parte del europeo y su presunta consciencia civilizada.

La esencia emocional de aquellas culturas que viven de afectos reviven en lo «civilizado» una parte de nosotros que no conviene negar, sino conservar y confrontar, dado que todo tiene un objetivo y un sentido, y toda nuestra psique se dinamiza en relación con la economía de un Todo. La consciencia siempre es «parcial».

Pertenecerá Jung a aquellos que les «dejó el más vivo deseo de volver a África». Lo haría cinco años después.

Indios pueblo

En su afán de desligarse del prejuicio e idiosincrasia contenidas en la consciencia de la cultura del hombre blanco, prosiguió en su comparación histórica descendiendo a un nivel cultural más profundo. en enero de 1925 visitó a los Indios pueblo constructores de ciudades, en Nuevo México, entablando conversación por primera vez con un hombre no europeo, cacique de un pueblo denominado Tao, y llamado Ochwiä Biano. Jung tuvo también ocasión de experimentar la poderosa impresión que causa el Gran Cañón del Colorado y de visitar a los indios que viven en pequeñas tiendas en el Cañón de los Frijoles, también en Nuevo México.52

Nuevamente confrontará la crueldad histórica del hombre blanco, nuestra verdadera naturaleza humana, con su descompensación favorecedora de la «cabeza» y no del «corazón», tal y como le fue expresado, de la colonización en nombre de la avidez.

Jung se encontró con un pueblo cuya religión y el ejercicio de su culto eran inaccesibles y un misterio para el hombre blanco extranjero, precisamente como instrumento de resistencia y persistencia en el tiempo frente a este. Sin embargo, paulatinamente descubrió una identificación divina con el sol, así como un simbolismo de la montaña y del agua. Se consideraban a sí mismos como «hijos del padre sol», cuya religión ayudaba a su padre a recorrer el cielo cada día; si no, existiría una noche eterna. Su culto involucraba por tanto a toda la humanidad.

Compara entonces Jung el racionalismo europeo que nos aleja del mundo místico y la pérdida consecuente que ello conlleva

Kenia


En otoño de 1925 se dirigió hacia Mombasa, KeniaTras dos días de estancia en su destino tomaron rumbo a Nairobi. Sería al atardecer cuando, en tren de vía angosta, emprenderían viaje al interior del país. En el transcurso del viaje relata Jung un «sentiment du déjà vu» muy vivo al ver sobre un pico rocoso una figura delgada y negra, inmóvil, mirando al tren y apoyada sobre una larga lanza.

(...) su mundo era el mío desde hacía incontables milenios.

Carl Gustav Jung. Recuerdos, sueños, pensamientos.55

Desde Nairobi, y esta vez en un pequeño Ford, visitaron un gran coto de caza: los Athi Plains, una amplia sabana repleta de vida animal. Separándose de sus acompañantes hasta quedar solo, y divisando aquella inmensidad, llegó al siguiente convencimiento:

.

(...) Cuando, estando en Athi Plains, en África Oriental, contemplé desde una pequeña colina aquellos rebaños de millares de venados pastando en silenciosa calma, como venían haciendo desde hace inconmensurables períodos de tiempo, tuve la sensación de ser el primer hombre, el primer ser que sabía que todo eso «es». Todo ese mundo que me rodeaba estaba aún en el silencio inicial y no sabía que era. Y justamente en ese momento en que yo sabía, había surgido el mundo y sin ese momento nunca hubiera existido. Toda la naturaleza busca esa finalidad y la encuentra, ya cumplida, en el hombre, y siempre sólo en el hombre más consciente. Cada paso pequeñísimo hacia delante sobre la senda que lleva a la consciencia crea mundo.

Carl Gustav Jung. Obra completa. Volumen 9/I. Los arquetipos y lo inconsciente colectivo.56

Uganda

Uganda recalando en un provisional fin de trayecto, Sigistifour Mientras se descargaba el equipaje, se le acercó un inglés que llevaba cuarenta años en África y le hizo la siguiente recomendación: «Este país no es del hombre, sino de dios. Así que, si algo le pasara, siéntese y no se preocupe». Dios se situaba sobre el hombre, el inescrutable designio sobre toda voluntad o propósito.

Monte Elgon, Kenia.

El recorrido se reinició  hasta Kakamengas, la siguiente localidad, y de allí al Monte Elgon, cuya pared del cráter, a 4000 metros, se divisaba en el horizonte. Tras un incidente en donde fueron atacados por hienas, los tres blancos recibieron sus apodos correspondientes: el inglés «Rothals», o «el que tiene el pescuezo rojo»; el americano «bwana maredadi», o «el gentleman atildado»; y Jung «mzee», o «el anciano», debido al pelo cano, dado que pese a sus cincuenta años no era frecuente alcanzar la edad avanzada. se manifestó un arquetipo, en este caso el de la cuaternidad

Sueños

Naturalmente, Jung intentó con tenaz persistencia acceder al mundo onírico que se desarrollaba en los individuos de dichas culturas, pero un inexplicable miedo y desconfianza era lo único que se obtenía a la hora de contarle sus sueños. Quizás se tratara del mismo temor a «la pérdida del alma» que generaba la fotografía.

En cambio, entre los porteadores, mayoritariamente somalíes y suajilis, no era así, dado que disponían y consultaban un «libro árabe de los sueños», remitiéndose ante la duda a Jung, debido al conocimiento que este tenía del corán. De ahí que le llamaran «el hombre del libro».

En cierta ocasión conversaron con un laibon, doctor del cacique, al cual se le cuestionó también acerca de sus sueños, respondiendo con franca melancolía que desde que los ingleses habitaban África los laibon habían dejado de soñar, y que anteriormente era frecuente que estos dieran a conocer sueños de tipo premonitorio. Pero ahora era innecesario. Todo lo sabían los ingleses. La decadencia se hallaba presente ante el trueque realizado entre dios y el destino, por un lado, y el racionalismo anglosajón, por otro.

Ritos y ceremonias

También efectuó sus intentos sobre ritos y ceremonias, logrando una única observación en lo que aparentaba ser el funeral de una mujer que al parecer se llevaba a cabo en la plaza de un pequeño pueblo, ante la cabaña vacía de la difunta. En el centro había un cinturón kauri, brazaletes, pendientes, fragmentos de ollas y un bastón funerario. A pesar de ser informados del óbito, nada denotaba que se tratara de un funeral.al amanecer salían de la cabaña, escupían o soplaban en sus manos y las volvían hacia el sol naciente, sin saber explicar por qué lo hacían. Jung descubrió que ésta era la verdadera religión compartida por todos los pueblos: todos practicaban el culto al sol «en su salida al amanecer», o «Adhîsta»; solo en dicho instante era Dios, o «mungu». En dicha ofrenda ritual destacaban tres aspectos: la ofrenda al sol, su nacimiento era divino; la saliva, asociada al maná personal, fuerza curativa, mágica y vital; y el aliento, o «roho», que significaba viento y espíritu. Lo gestual conformaba por tanto un sumatorio de significados arquetípicos que se podían ensamblar y expresar a través de la siguiente frase: «Yo ofrezco a Dios mi alma viva», alusión lingüística muy próxima a: «Señor, en tus manos encomiendo mi espíritu». Se redescubría así una preexistencia arquetipal con independencia de tiempo y lugar, en este caso entre el cristianismo y el culto solar africano de los elgonyi, y pueblos afines.

También rendían culto al «ayîk», un «sheitan» o diablo terrenal, fundamento del miedo y del mal. el Creador era un concepto integrado por el bien y el mal, era «m´zuri». Es entonces cuando Jung comprendió que «m´zuri» se disociaba durante el día en una expresión de benevolencia, el «adhîsta», el reinado solar, mientras que por la noche se manifestaba como «ayîk», lo tenebroso, el reinado del mal. Y el único momento en el que se podía visualizar al Creador, como unidad más allá del sol y de la oscuridad, era dicho amanecer en que surgía inesperadamente de la noche el primer rayo de sol. Se contemplaba a Dios, mungu; adhîsta y ayîk unían momentáneamente sus respectivos reinados en su fuente originaria. Termina Jung con una última equiparación entre el día, la noche y el amanecer del macrocosmos, con la primitiva noche psíquica de hace millones de años y el anhelo de luz como anhelo de la consciencia, a nivel del microcosmos.

India

Jung viajó a la India en 1938 invitado por el gobierno indo-británico a efectos del jubileo de los veinticinco años de la Universidad de Calcuta.58

lo que más interesó a Jung en su viaje a la India fue el posicionamiento de dicha cultura frente al concepto del «mal». Mientras que para la cultura occidental el objetivo es el bien, intentando desechar el mal o evitando estar a merced de él, para la India y diversas concepciones de oriente, la meta se hallaría en un estado más allá del bien y del mal, al cual se podría acceder vía meditación o yoga. a efectos de poder ser aludido, se le ha nombrado como nirvana, tao, etcétera.

El fin último sería estar al margen y alcanzar la liberación de los opuestos. Y es en este punto donde hallamos discrepancia en Jung, al mostrar su desacuerdo en la liberación como fin último y objetivo existencial. El bien y el mal perderían así su delimitación, ganando a lo sumo la posibilidad de ser definidos desde lo subjetivo, dando lugar a una concepción o bien carente de ética o tan saturada de subjetividad que la única vía de escape sería el nirvana.

Yo, por el contrario, quiero perseverar en la concepción viva de la naturaleza y de las imágenes psíquicas. No deseo ni liberarme de los hombres, ni de mí, ni de la naturaleza, pues todo ello constituye para mí prodigios indescriptibles. La naturaleza, el alma y la vida se me muestran como la divinidad manifestándose. ¿Qué otra cosa podría imaginarme? El supremo sentido del ser no puede consistir para mí sino en que «es» y no en que no es o deja de ser. 

Carl Gustav Jung. Recuerdos, sueños, pensamientos.

Jung llegó a establecer una comparativa entre Buda y Cristo, ambos vencedores del mundo y encarnación del individuo, vislumbrando sin embargo las siguientes diferencias:61

Buda es, por así decirlo, la comprensión racional, Cristo se convierte en víctima del destino. En el cristianismo se padece más, en el budismo se ve y se hace. Ambos son correctos, pero en el sentido indio Buda es el hombre más perfecto. Es una personalidad histórica y por ello más fácilmente comprensible para los hombres. Cristo es hombre histórico y Dios y por ello más difícilmente concebible. En el fondo, tampoco Él se comprendió a sí mismo; sólo sabía que debía sacrificarse tal como le fue ordenado desde su interior. Su sacrificio le fue impuesto como un destino. Buda actuaba por convicción. Vivió su vida y murió anciano. Cristo probablemente sólo actuó muy poco tiempo como tal.

confrontó a Buda y Cristo en su actitud frente al sufrimiento, expresando que Cristo reconocía en este un valor positivo, y que como víctima era más humano y real que Buda. Buda se opuso al sufrimiento, pero también a la alegría. Estando al margen de las emociones y sentimientos no fue realmente humano. En los evangelios, Cristo es descrito como hombre­-Dios, a pesar de no dejar de ser hombre, mientras que Buda, ya en vida, se elevó por encima del ser humano.

Jung fue nombrado doctor en Prayagraj (islam), Benarés (hinduismo) y Calcuta (medicina y ciencia anglo-india).

Tras recuperarse de disentería tuvo un sueño compensatorio de carácter europeo centrado en la figura del Grial, en el cual halló, por un lado, la coincidencia existente entre el mito poético del Santo Grial, persistente aún en Inglaterra, y los conceptos alquímicos del «unum Vas», la «Una Medicina» y el «Unus Lapis». Por otro lado, constituía una advertencia de que su objetivo era Europa, la búsqueda de la «copa sagrada», el «salvator mundi», significando la India una parada importante en su largo recorrido.

Ravena


Jung estuvo en Ravena en dos ocasiones: en 1913 y unos veinte años después, quedando impresionado en sendas visitas por el mausoleo de Gala Placidia. Después se trasladó junto a una amiga al baptisterio ortodoxo, donde acontecería la célebre «visión de los mosaicos».

En una atmósfera inundada por una leve luz azulada sin fuente, Jung y su acompañante vieron cuatro grandes frescos de mosaicos allí donde debería haber habido ventanas: el cuadro del ala sur representaba el bautismo en el Jordán; el del ala norte, el paso de los hijos de Israel a través del mar Rojo; el tercero en la parte oriental, el baño que limpió a Naamán de su lepra en el Jordán; y el cuarto mosaico, en el ala occidental del baptisterio, representaba a Cristo alargando la mano a Pedro cuando éste se hundía. Fue este último al que más importancia se le dio, el más recordado, ante el que se detuvieron durante veinte minutos, y al que asociaron con el rito de iniciación del bautismo, en el que se incluía el arquetipo de la muerte y resurrección.62

Al abandonar la estancia, Jung se dirigió a Alinari para adquirir fotografías alusivas, siendo su esfuerzo en vano. Desde Zúrich haría el encargo a un conocido, que tampoco pudo hacer nada al verificar que dichos mosaicos no existían.

Jung observaría como explicación plausible los siguientes aspectos encadenados: el acontecimiento histórico de Gala Placidia, emperatriz fallecida en 450, que en un tempestuoso e invernal viaje en barco de Bizancio a Ravena prometería construir si se salvaba Concluye Jung que desde entonces es consciente de que algo interno puede ser representado externamente, y viceversa, preguntándose: «¿Qué fue real en aquel instante?».63

Roma

Jung no viajaría a Roma, pero sí a Pompeya (1910-1912). En 1912 embarcaría de Génova a Nápoles, vislumbrando Roma a lo lejos. Un último intento en 1949 se vio obstaculizado por un desmayo al comprar los billetes.

Régimen nazi y últimos años

Etapa del nacionalsocialismo

Debido a los programas del nacionalsocialismo a principios de los años 30, la incipiente disciplina de la psicología profunda, aún joven y dividida en escuelas, se encuentra en serio peligro, limitándose su subsistencia en Europa, especialmente en Alemania y Austria.

Del lado del nacionalsocialismo actúa el psiquiatra Matthias Heinrich Göring, primo del futuro mariscal del Reich Hermann Göring.66​ Jung asume su tarea prácticamente en calidad de interino, pues los cambios revolucionarios en Alemania reclaman una coordinación sin compromisos, introduciendo el principio de la jefatura y la fundamentación de la ideología del nacionalsocialismo. Así, el denominado «párrafo ario» excluye a los funcionarios y médicos judíos o no arios.67

Apoyado en su nacionalidad neutral, Jung elude esa coordinación obligatoria, auspiciando y organizando oficialmente la nueva «Sociedad Médica Internacional de Psicoterapia». En cada país se forman grupos de profesionales pero solo el grupo alemán de Göring queda sujeto a coordinación. Los miembros de los grupos restantes que no quieran adherirse al de ningún país tienen la posibilidad de ingresar como miembros en la nueva sociedad supraestatal. Así Jung facilita el ingreso de los colegas judíos y ayuda a la ciencia, aislada en esos momentos en Alemania. renunció posteriormente a su presidencia en 1939, año en el que comenzó la Segunda Guerra Mundial.68

Jung se encontraba totalmente desligado del grupo local alemán de Göring. Para el psiquiatra suizo, la sociedad supraestatal era política y confesionalmente neutra.68​ Sin embargo se fueron sucediendo toda una cadena de incidentes que avivaron gradualmente el fuego del equívoco. En la edición número 6.3 de diciembre de 1933 del Zentralblatt für Psychotherapie aparecieron dos publicaciones por las que Jung fue blanco de violentos ataques y objeciones:69

  1. por un lado, un manifiesto de Göring, donde se establece para los psicoterapeutas alemanes la obligación de someterse a los principios del nacionalsocialismo,

  2. y por otro, en el prefacio del mismo ejemplar, unas declaraciones del propio Jung en las que expresa las diferencias existentes entre la psicología germana y judía.

En el primer caso, se había acordado con Jung que dicho manifiesto apareciese exclusivamente en el suplemento alemán, dado el «voto de fidelidad» de dicho grupo local, y no en la publicación internacional.​ En el segundo, la simultaneidad de sus declaraciones estableciendo una comparativa entre ambas culturas, aun enmarcándose realmente desde el enfoque del análisis psicológico, transformaron lo aparentemente inofensivo en desastrosos malentendidos.

Las críticas basadas en una doble tergiversación, solo puesta de manifiesto al conocerse el contexto aludido, no impidieron que Jung expresara su propia negligencia y precipitación.La aportación de Jung a la ciencia es indiscutible, tampoco simpatizaba con el nacionalsocialismo ni era antisemita, como demuestran sus actuaciones como presidente de la Sociedad Internacional, así como ayudando de muchas formas a ciertos judíos en particular.

A principios de 1934 Jung expresa sus opiniones e ideas clara y críticamente, comenzando con su clásico seminario sobre el Zaratustra de Nietzsche impartido hasta 1939, año de estallido de la guerra, y en el que sostiene que el filósofo se había convertido en el gran profeta de lo que en aquellos momentos acontecía en Alemania.77

Le seguirá en 1936 su obra Wotan, cuyo título alude a la irrupción del antiguo dios germánico en la consciencia colectiva alemana, «dios de la tormenta y de la efervescencia, un desencadenador de pasiones ávido de combate, y, además, poderoso hechicero y mago, que se haya estrechamente unido a los misterios de la naturaleza oculta». Manifestación de un arquetipo como un factor autónomo, representante de la naturaleza del nacionalsocialismo, con repercusiones colectivas y que confunde a los hombres pertenecientes a la masa, aún de aquella tan pretendidamente culta y racional como la alemana.78

Tampoco ocultó a la prensa internacional su postura respecto a los dictadores y el Tercer Reich. En octubre de 1938 Jung describe a Hitler como un hombre realmente sin representación política sino mágica, una especie de brujo o chamán, en sí mismo insignificante, pero que refleja y vocifera el inconsciente de los alemanes. La proyección de lo inconsciente colectivo del pueblo alemán, constelado en Wotan, es vehiculado a través de un hombre idealizado y convertido en una especie de mesías.

La evaluación de todos los hechos, consecuencias y explicaciones a propósito de la actitud de Jung respecto del nacionalsocialismo, no es fácil. Tras la catástrofe de la guerra y el holocausto, la polémica suscitada entre los críticos demuestra lo arduo de una conclusión definitiva. no debe obviarse el factor psicológico de la sombra personal aplicado al propio fundador de la psicología analítica. Donde hay mucha luz, hay también muchas sombras:82

Jung y la CIA

Una serie de documentos estadounidenses desclasificados y material suizo revelado en la revista L'Hebdo informaron de una supuesta colaboración entre Jung y Allen Dulles, el cual llegaría en la posguerra a la cabeza de la CIA. Dulles habría estado en Berna a finales de 1942, siendo su misión elaborar un informe sobre el movimiento secreto antinazi en Alemania. De este modo, habría entrado en contacto con Jung, gran conocedor del alma germánica del momento. El espía estadounidense habría convencido a Jung para que recogiese informaciones útiles, convirtiéndolo, según esta revista, en el agente n.º 488 de la Agencia Central de Inteligencia Americana

Últimos años

En 1938 Jung dictó las Conferencias Terry (Terry Lectures) en la Universidad Yale, presentando su trabajo Psicología y religión. Pocos meses después estallaría la Segunda Guerra Mundial. visitó la India, renovó sus prioridades, debía prestar más atención a la espiritualidad de Oriente. Sus trabajos tardíos muestran efectivamente un profundo interés en la tradición oculta de este hemisferio y en el cristianismo esotérico y, especialmente, en la alquimia.

Ya en 1903 Jung se había casado con Emma Rauschenbach, hija de un adinerado industrial propietario de la conocida firma relojera IWC, con quien tendría cinco hijos. El matrimonio se extendió hasta la muerte de su esposa en 1955, pero no estuvo exento de momentos de crisis, sobre todo a causa de las relaciones extramaritales que Jung sostuvo con Sabina Spielrein y Toni Wolff.

Jung continuó publicando libros hasta el final de su vida, incluyendo un trabajo que muestra su interés en los ovnis como fenómeno psicológico de masas, Un mito moderno. De cosas que se ven en el cielo (1958). También disfrutó de la breve pero fructífera amistad del padre Victor White, sacerdote católico inglés con quien mantuvo correspondencia tras la publicación de Respuesta a Job.88

Fallecimiento

Carl Gustav Jung moriría en la tarde del 6 de junio de 1961, alrededor de las cuatro, tras una corta enfermedad precedida por una embolia y un ataque de apoplejía, en su casa junto al lago de Zúrich, en el apacible poblado de Küsnacht, Suiza, a los 85 años de edad.​ Se encontraba leyendo la obra El fenómeno humano.​Se cuenta, no sé si mito o realidad, que  En el instante de su fallecimiento, un rayo partió el árbol donde solía descansar. El jardinero lo curó

Tras los funerales en la iglesia de Küsnacht, Jung fue sepultado en el cementerio de la localidad. La losa lleva el escudo de la familia Jung, y junto a él, los nombres del padre, la madre, su hermana, Emma y Carl. 


Influencias

Literatura


Arte

Música

Cine y televisión

Cómic

Videojuego

  • La serie de videojuegos Persona  al igual que NiGHTS into Dreams....175Xenogears, videojuego original de PlayStation, y sus obras asociadas, incluida su reimaginación como la trilogía Xenosaga y una novela gráfica publicada por el creador del juego titulada Perfect Works


Distinciones[editar]

Entre sus principales distinciones se encuentran los siguientes doctorados honoris causa:1

Además:

  • Recibió un premio literario de la ciudad de Zúrich, 1932.

  • Fue nombrado Profesor Titular de la Escuela Politécnica Federal de Zúrich, 1935.

  • Miembro honorario de la Royal Society of Medicine, 1939.

  • Le fue otorgado un Festschrift en Eranos, 1945.

  • Nombrado presidente de la Society of Analytical Psychology, Londres, 1946.

  • Otorgado un Festschrift por estudiantes y amigos, 1955.

  • Nombrado ciudadano honorario de Küsnacht, 1960, en su 85.º cumpleaños.

y sorprendentemente, también se le considera como el precursor, de manera indirecta de 


Alcohólicos Anónimos

Jung llegó a recomendar la espiritualidad como una cura para el alcoholismo y se considera que tuvo un rol indirecto en el establecimiento de Alcohólicos Anónimos. Algunos como Bill Willson, fundador de dicha comunidad, le han atribuido un papel primordial en su fundación,  aunque el programa de doce pasos y el movimiento en sí no es junguiano.115


Legado

Psicología junguiana


Frecuentemente se habla de psicoanálisis junguiano, pero la denominación correcta para referirse a esta teoría y a su metodología es «psicología analítica o de los complejos». Aunque Jung era reacio a fundar una escuela de psicología, desarrolló un estilo distintivo en la forma de estudiar el comportamiento humano. Desde sus primeros años pudo apreciar de cerca la complejidad de las enfermedades mentales. Fascinado por tales experiencias dedicó su obra a la exploración de estos temas.

para entender la estructura y función de la mente humana, era vital que la psicología uniera el método experimental con los hallazgos de las ciencias humanas. El mito, los sueños y la psicopatología son la representación del inconsciente. Sin embargo, lo inconsciente es necesariamente inconsciente, como solía ironizar Jung de modo que. la única manera de comprenderlo, de sacarlo a la luz o hacerlo inteligible a la inteligencia humana era a través de esas representaciones o manifestaciones, que describen patrones de comportamiento, lo que él mismo denominó ARQUETIPOS

Los arquetipos modelarían la forma en que la conciencia humana puede experimentar el mundo y autopercibirse; además, llevarían implícitos todas las respuestas posibles y observables, en un momento determinado, en la conducta particular de un sujeto. lo que significaba para Jung que actúan en todos los seres humanos,y le permitió postular la existencia de lo inconsciente colectivo.

El ser humano accedería al inconsciente colectivo a través de la experimentación subjetiva e individual de los arquetipos, y esa experimentación se lleva a cabo a través de los sueños, el arte, la religión, la mitología, los dramas psicológicos representados en las relaciones interpersonales y los propósitos íntimos. 

Jung profundizaba  en el conocimiento de ese lenguaje simbólico para consolidar la consciencia individual sobre la inconsciencia colectiva y este proceso de individuación sólo es viable cuando se ha dado respuesta a la pregunta: «¿Cuál es el mito que tú vives?».​ Consideraba, por otra parte, que estos aspectos de la vida anímica están relativamente marginados del sistema de creencias de la mentalidad moderna occidental.

Ninguna ciencia sustituirá jamás al mito, y no se puede crear un mito a partir de ninguna ciencia. Porque no es que «Dios» sea un mito, sino que el mito es la revelación de una vida divina en el hombre. No somos nosotros quienes inventamos el mito, sino que éste nos habla como una Palabra de Dios.


Perspectiva

El inconsciente colectivo designa aquella sabiduría colectiva de la que participan todos los seres humanos de cualquier época y lugar. 

En la psique individual, Jung distinguía entre la mente consciente y la mente inconsciente. La primera es aquella de la podemos dar cuenta mediante nuestra propia percepción. Es la capa más superficial de la mente. La segunda, en cambio, se escapa a nuestra voluntad y raciocinio, y se manifiesta a través de, por ejemplo, los sueños, las alucinaciones y las fantasías. 

Como se ha mencionado, un concepto clave en su obra es el de inconsciente colectivo, al que Jung consideraba constituido por arquetipos. Ejemplos de estos arquetipos son la máscara, la sombra, la bestia, la bruja, el héroe, el ánimus y el ánima. También identificaba como arquetípicas ciertas imágenes concretas, como las representaciones del mandala. Para elaborar su concepto de arquetipo, Jung se inspiró en la reiteración de motivos o temas en diversas mitologías de las más remotas culturas: creyó haber hallado temas comunes inconscientes, que la humanidad reiteró apenas con ligeras variantes, según las circunstancias


1. Ánimus y Ánima

El Ánimus es el arquetipo masculino de la personalidad femenina, el Ánima es el arquetipo de lo femenino en la mente del hombre. Ambas están relacionadas con las ideas que sea asocian a los roles de género.

2. La Madre

Para Jung, el arquetipo de la Madre nos permite detectar conductas e imágenes relacionadas con la maternidad tal y como la han ido experimentando nuestros ancestros.

3. El Padre

El arquetipo del Padre representa para Jung una figura de autoridad que ofrece una guía sobre cómo vivir la vida basándose en su ejemplo.

4. La Persona

El arquetipo de la Persona representa la vertiente de nosotros mismos que queremos compartir con los demás, es decir, nuestra imagen pública.

5. La Sombra

Al contrario de lo que pasa con la Persona, la Sombra representa todo aquello de nosotros mismos que queremos que permanezca en secreto, porque es moralmente reprobable o porque es demasiado íntimo.

6. El Héroe

El Héroe es una figura de poder que se caracteriza por luchar contra la Sombra, es decir, que mantiene a raya todo aquello que no debe invadir la esfera social para que el conjunto no se vea perjudicado. Además, el Héroe es ignorante, ya que su determinación le lleva a no pararse a reflexionar continuamente acerca de la naturaleza de lo que combate.

7. El Sabio

Su papel es revelarle al Héroe el inconsciente colectivo. De algún modo, el arquetipo que recibe el nombre de el Sabio arroja luz sobre la senda del Héroe.

8. El Trickster

El arquetipo del Trickster, o el embaucador, es el que introduce las bromas y la violación de las normas preestablecidas para mostrar hasta qué punto las leyes que explican las cosas son vulnerables. Pone trampas y paradojas en la senda del Héroe.



y aquí queremos introducir la relación entre estos arquetipos y la función cultural de los cuentos clásicos

Los cuentos clásicos forman parte del acervo cultural del ser humano. Curiosamente,  cada región del mundo repite las mismas figuras en sus relatos y leyendas, lo que Jung denomina ARQUETIPOS, permitiendonos asumir que los cuentos responden a patrones inconscientes de nuestra mente, a ese reflejo de nuestro mundo interno. Esta idea tiene sin duda muchas críticas, no hay duda. No podemos olvidar que el legado de Jung, aunque sea uno de los más interesantes desde un punto de vista cultural y antropológico, siempre ha sido cuestionado desde un punto de vista científico.

podemos acercarnos también a esa otra función contenida en los cuentos clásicos, su finalidad pedagógica.

  • reflejan las experiencias, pensamientos y emociones que invitan a los niños a la reflexión y el descubrimiento.

  • potencian el  lenguaje simbólico, despiertan la curiosidad, la comprensión, la empatía y la creatividad.

  • se alzan como ese recurso donde construir la identidad del niño, ahí donde hacerle soñar, lograr que se identifique con el héroe, que construya objetivos, deseos, metas personales…


La pérdida del hogar protector, la iniciación como individuo, la envidia, las sombras que nos rodean, el despertar y el poder catártico del amor son arquetipos recurrentes en la literatura infantil y juvenil. Todos ellos encarnan preocupaciones vitales del ser humano que se han visto expuestas en textos orales y escritos. La cenicienta, por ejemplo, popular cuento de hadas de origen desconocido, trata arquetipos como la opresión y el abandono que, junto a la idea de temporalidad de cualquier circunstancia y la irrefrenable fuerza del destino, la convierten en una obra que ha sobrevivido al paso del tiempo

La sombra es un concepto que hace referencia al lado inconsciente, oculto y desconocido de nuestra personalidad. 

En el plano social, la sombra también encierra las tendencias más reprobables y más alejadas del ideal social de una determinada ideología o corriente cultural. Por ejemplo, en la actualidad, tendencias como el machismo, el racismo y la homofobia forman parte del gran saco de la sombra social.

podemos ayudar al desarrollo psicológico y al proceso de individuación, posibilitando la toma de contacto más profunda con nuestra sombra, tanto la personal como la social.

Los niños muy pequeños están en pleno contacto con todos los aspectos de la naturaleza humana, instintivos, corporales, emocionales, y tanto la crianza como la educación escolar posibilitan que, en su proceso de crecimiento, la sombra empiece a constituirse como un saco en el que van depositando todos esos aspectos que no gustan a las figuras significativas de referencia, y que no corresponden a un buen niño o a una buena niña. Podríamos dar multitud de ejemplos de cómo se va desarrollando este proceso, mediante mensajes y mandatos muy poderosos, que, en realidad, lo que hacen es tratar de conformar en los niños ese ideal que los adultos no somos y que nunca llegaremos a alcanzar, porque, como dice Jung, es preferible un ser humano completo a un ser humano bueno. Todos tenemos aspectos difíciles, sentimientos negativos. En todo el proceso de formación de la persona y en el proceso de individuación, existe el conflicto, la agresividad, la rabia, los celos. En último término, existe ese lado oscuro de la naturaleza humana, que más nos valiera reconocer y encauzar, pues su negación sólo lo vuelve más poderoso y destructivo.

Los cuentos son impactantes porque nos muestran lo que no queremos o no podemos ver, la sombra. Algunas heroínas pasan a su lado, dialogan con ella, y escuchan el mensaje sabio que les revelan, entre la mentira con la que desean seducirlas. Este es el caso de Caperucita, que puede dialogar con el lobo, porque era la primera vez que se encontraba con el animal y aún no sabía lo mal bicho que era. Y escuchó su mensaje, que era absolutamente certero, aunque formara parte de su plan para devorarla. El mensaje del bosque, de la belleza del inconsciente, de lo desconocido, de la luz que se cuela por las ramas de los árboles y crea sombras de formas deliciosas en la tierra, de las flores que pueblan estos espacios libres, de su arco iris de colores…

Otros personajes, en la noche, desfallecidos por el hambre, creen encontrar un paraíso, una casa maravillosa toda construida con dulces alimentos con la que pueden empezar a saciarse. Y después del festín, descubren la sombra de una manera brutal, en la fealdad, la crueldad y la voracidad de una bruja cegata, de olfato poderoso, que desea devorar niños.

Y hay también otras que sienten la curiosidad de descubrir el único cuarto prohibido, en el que permanecen ocultos los cadáveres de tantas mujeres. Ninguna mujer puede sobrevivir a esta visión; el depredador sabe que usó la llave, cuya sangre no puede ser lavada, y su destino será también la muerte. Hasta que llega una mujer que es capaz de mirarlo y de pedir ayuda a sus aliados interiores, sus tres hermanos, sus hombres internos positivos, y así salvarse y poner fin a esta cadena de crímenes.

Miramos este cuarto y nos horroriza. ¿Nos dice algo de la historia de la humanidad? Pero también miramos los prodigios del bosque y nos extasiamos. Parecería que la sombra son los otros, el lobo, la bruja, el ogro, Barba Azul…

Ya los cuentos, como la Reina de las Abejas, Cenicienta, Blancanieves, empiezan a decirnos que la sombra se encuentra muy cerca de nosotros, en nuestros propios hermanos o hermanas o hermanastras, o padres o madres o madrastras…

 Entonces llegamos a una historia diferente en la que el protagonista se mira en un espejo y ve la sombra. La sombra está en sí mismo, en la imagen que le devuelve el espejo. La sombra está también en la maldición de no poder romper el hechizo que le volvió una bestia, de no saber cómo desencantarlo y recuperar su forma humana.

Este momento de la travesía en que el héroe no puede escapar de su propia monstruosidad*, o en el que la heroína se encuentra también prisionera, incapaz de aceptar esta sombra, y su deseo es el de huir, escapar; este es un momento iniciático inmenso, en el que la tarea consiste en tolerar lo no bello de nosotros mismos, en darnos cuenta de que el mal está dentro de nosotros, no sólo en los otros.

En La bella durmiente nos encontramos con el arquetipo más puro de la sombra, representado por el hada decimotercera, Maléfica, que no puede ser invitada a la fiesta de celebración del nacimiento de la niña tan deseada. Este hada cae fuera del dominio de las horas, de los días, de los años, y, en última instancia, representa la muerte. Aquello que no quisiéramos que estuviera presente en nuestras vidas, aquello para lo que no tenemos cubierto de oro en nuestra mesa. Hace su aparición esta gran adversaria y vaticina su dominio, el de la muerte, el adversario invencible. El hada decimosegunda no puede cambiar del todo su conjuro, pero puede transformarlo: la niña no moriría al pincharse con un huso, sino que caerá en un largo sueño de cien años, que envolverá también a todo el reino, y del que será despertada al cumplirse el año cien y no con el primer beso de amor, como aparece en versiones posteriores. Así que en la conjunción entre el hada decimotercera y el hada decimosegunda, en ese puente, que une la vida y la muerte, asistimos al regalo de la sombra, que es el sueño, la conexión con lo inconsciente. Así, de esta manera, en la vida se puede integrar también el don de la sombra.

 En este bello cuento de hadas, el personaje del hada Maléfica, simboliza la gran sombra, la máxima otredad. Y gracias al amor y la sabiduría del hada decimosegunda, se produce una dialéctica creadora, y lo que en realidad le otorgan a esta joven es un gran regalo, el regalo de la sombra.

PSICODRAMA: médico-psiquiatra Jacob Levy Moreno “El psicodrama pone al paciente sobre un escenario, donde puede resolver sus problemas con la ayuda de unos pocos actores terapéuticos. Es tanto un método de diagnóstico como de tratamiento.» (Moreno, 1946, p.177).

Es habitual que tendamos a racionalizar lo que nos ocurre, y con el psicodrama buscamos justo lo contrario, guiarnos por la parte emocional y comprender la función de nuestras emociones en cada problema.

Al ser humano le encantan los relatos, las personas también estamos hechas de historias y todos conformamos de algún modo parte de una historia más grande. Los cuentos, mitos y leyendas describen lo que somos, nuestro lado más oscuro y también el más luminoso; y eso, siempre nos inspirará.








Comentarios

Entradas más populares de este blog

La masacre de Jedwabne, capítulo 2

Personas Altamente Sensibles (PAS). Cap. 41

Turismo oscuro cap.21