La masacre de Jedwabne, capítulo 2

 






Hoy vamos a intentar, como explicamos en nuestro podcast, arrojar algo de luz sobre la inmensidad que nos rodea. La semana pasada os trajimos la masacre de casi 1.500 seres humanos a manos de sus conciudadanos y vecinos y hemos echado mano de la filosofía y la psicología para saber cómo puede llegar a suceder algo asi en una especie que se supone racional y avanzada. ¿Nos acompañáis en este viaje?


Empecemos por el principio, la PSICOLOGIA DE GRUPO:

Existen varios conceptos que nos ayudarán a ubicarnos un poco en el tema, como la Moral de rebaño, definida por Friedich Nietzsche:

Moral de rebaño es un concepto de la filosofía de Friedich Nietzsche que afirma la existencia de un comportamiento humano puramente sumiso e irreflexivo sobre los valores dominantes de la civilización. Son ellos tanto aristocrático caballeresco como cristiano o burgués y se hicieron presentes en la mayoría de hombres de todos los tiempos.


En la moral de rebaño lo que mueve al hombre es el hábito, la costumbre. Se adquiere un modo de ser incorporado, agregado por la civilización, por las exigencias que la sociedad impone. Este tipo de comportamiento es, muchas veces, aceptado por todos nosotros que lo recibimos y practicamos sin reflexionar sobre ellos. Es recibido de fuera a dentro, como algo dado; son contenidos que incorporamos a la rutina, referenciamos pasivamente y se convierten en trabas al desarrollo personal y colectivo. Nietzsche afirma que para que ciertos principios, como la justicia y la bondad puedan actuar y enriquecer es necesario que surjan como algo que obtuvimos activamente a partir de la superación de lo que nos fue dado. Para esa conquista Nietzsche enseña a combatir la moral de rebaño.

"El individuo ha luchado para no ser absorbido por la tribu. Si lo intentas, a menudo estarás solo, y a veces asustado. Pero ningún precio es demasiado alto por el privilegio de ser uno mismo". Esta reflexión del filósofo alemán Friedrich Nietzsche nos sirve como punto de partida para plantear las consecuencias de la llamada "mentalidad de rebaño".

Os dejamos, a proposito de ellos, el documental  EFECTO MANADA

https://m.youtube.com/watch?v=7Vy336ANBrQ

donde concluyen también que no siempre es negativo. A lo largo de la evolución del ser humano, ser expulsado de la manada podía llegar a significar la muerte, por ejemplo en la época de los cazadores recolectores.


También Los experimentos de conformidad con el grupo de Asch fueron una serie de experimentos realizados en 1951 que demostraron significativamente el poder de la conformidad en los grupos.

Las cartas usadas en el experimento. La carta de la izquierda es la línea de referencia y la de la derecha muestra las tres líneas para comparar.

Los experimentadores, conducidos por el psicólogo Solomon Asch, pidieron a unos estudiantes que participaran en una “prueba de visión”. En realidad todos los participantes del experimento excepto uno eran cómplices del experimentador y el experimento consistía realmente en ver cómo el estudiante restante reaccionaba frente al comportamiento de los cómplices. El objetivo explícito de la investigación era estudiar las condiciones que inducen a los individuos a permanecer independientes o a someterse a las presiones de grupo cuando estas son contrarias a la realidad.


Los participantes —el sujeto verdadero y los cómplices— estaban todos sentados en la sala de una clase en donde se les pidió que dijeran cuál era a su juicio la longitud de varias líneas dibujadas en una serie de exposiciones: se les preguntaba si una línea era más larga que otra, cuáles tenían la misma longitud, etc. Los cómplices habían sido preparados para dar respuestas incorrectas en los tests y determinar si ello influía en las respuestas del otro estudiante. Os dejamos dos enlaces donde podréis ver la explicación y el vídeo del experimento

https://es.m.wikipedia.org/wiki/Experimento_de_Asch

https://youtu.be/tAivP2xzrng


Diferentes experimentos sociológicos habrían demostrado que el hombre tiende a buscar la conformidad con el grupo dejando a un lado sus valores éticos. Tanto el psicólogo polaco Solomon Asch en la década de los 50 del siglo XX como su discípulo, Stanley Milgram, demostraron que la obediencia total al líder podía llevar a los sujetos a actuar en contra de sus valores. Dos obras del séptimo arte que ejemplifican lo desarrollado son "Doce hombres sin piedad" y "La ola".


Hasta aquí hemos hablado de conformidad, de seguir la norma y no salirse del grupo, pero en el caso de la masacre de Jedwabne vamos un paso más allá, no se trata ya sólo de obedecer al líder (Schaper), sino de cruzar la línea entre la obediencia y el frenesí irracional. No sólo asesinaron a sus vecinos, sino que les torturaron, les golpearon, les ahorcaron y aplicaron una violencia desmedida e innecesaria, casi como si lo disfrutaran, con el agravante de ser católicos, una confesión que se proclama a sí misma como pacífica,poniendo la otra mejilla, y cuidando al necesitado y al débil. ¿Creemos que esto es un caso aislado? ¿Que tal vez había alguna droga o algún tipo de sustancia o agente externo que desinhibió los instintos más salvajes y animales de estas personas?


Veamos y hablemos del experimento Stanford :


¿En qué consistió?

Este experimento lo realizó un conocido psicólogo social de la Universidad de Stanford, llamado Philip Zimbardo, en la década de los 70, estudiando la relación entre comportamiento, roles y agresión.

Zimbardo buscaba estudiar la influencia de un ambiente extremo, la vida en prisión, en las conductas desarrolladas por las personas según los roles sociales que desarrollaban: preso/a y guardia.

El experimento buscaba ver si el comportamiento habitual de una persona podía modificarse ante un cambio radical de ambiente y si también cambiaba al obtener un nuevo rol a representar en ese ambiente.

Para ello convocó a jóvenes estudiantes universitarios/as de Psicología y los dividió al azar y de manera aleatoria en dos grupos:

unos representaban el rol de guardias y policías y otros, el rol de reos y convictos, que tenían que convivir en una celda ficticia ambientada en los laboratorios de Psicología de dicha Universidad. (la elección del rol de cada participante se decidió lanzando una moneda al aire, cara, prisionero, cruz, guardia. El sorteo lo realizaron Zimbardo y su equipo)

Los jóvenes reos fueron “arrestados” sin previo aviso y llevados a esta prisión donde los esperaban sus “compañeros” policías, quienes habían recibido porras y vestían uniformes militares, además de portar gafas de espejo que impiden el contacto visual.


Todo el experimento estuvo monitorizado por cámaras. De hecho se les indicó que no podían agredir ni ejercer violencia ninguna sobre sus compañeros “reos”


La idea era “jugar”, interpretar y recrear el escenario de la prisión, nada más.


¿Qué pasó?

Las cosas no salieron como se habían previsto y es que a medida que avanzó el experimento la situación se descontroló. Estaba planificado para una duración de dos semanas pero Zimbardo tuvo que detenerlo y cancelarlo a los 6 días desde su inicio(en realidad fue obligado a hacerlo por Christina Maslach, una chica recién graduada en su doctorado, que presentó la perspectiva de una "extraña", que desafió heroicamente a la autoridad para poner fin al estudio. Ella les recordó su responsabilidad ética por las consecuencias y el bienestar de los jóvenes que se les habían confiado como participantes en la investigación) como consecuencia de los abusos que empezaban a cometer los “sádicos” guardias, que trataban de forma humillante (negando la comida, ir al baño, haciendo dormir en el suelo, infravalorando, insultos, maltrato psicológico, abuso de poder, violencia física…) al grupo de reos y al notar los niveles de estrés y afectación emocional que mostraban los presos.

De manera progresiva y poco a poco, hasta el mejor de los personajes del grupo de los carceleros se convirtió en una persona violenta, con pérdida de empatía.


Conclusiones y Aplicaciones Prácticas

Se ha llegado a decir que este experimento constató el poder situacional y la importancia que tiene el entorno, que implica la ambigüedad de los límites de los roles, el permiso autoritario o institucionalizado para comportarse de formas prescritas o para realizar acciones que normalmente estarían limitadas por las leyes, las normas, la moral y la ética. Dicho de otra forma, se supone que fue la situación la que provocó la conducta de los participantes y no sus personalidades individuales. Por lo que la situación, el contexto y el ambiente provocaron los cambios en el comportamiento de los participantes.


La situación influye en la conducta humana y poner a personas buenas en un lugar malo las hace actuar mal o resignarse a ser maltratadas, también denominado "Efecto Lucifer".


Este experimento fue muy criticado por la comunidad científica, ya que no se mantuvo el método científico. No todos los guardias se comportaron de manera agresiva y el propio Zimbardo influenció en el experimento al ejercer de “Alcaide” de la prisión. Pero aun así, es una prueba de los límites que puede cruzar una persona influenciado por el ambiente


¿Serías capaz de cometer un crimen? El experimento de Milgram pone en tela de juicio tu moralidad. https://psicologiaymente.com/social/experimento-milgram-crimenes-obediencia-autoridad


¿Puede cualquier ser humano cometer los más atroces crímenes contra la humanidad solo por obediencia a la autoridad? Es una pregunta que muchos académicos se han preguntado a lo largo del siglo XX, sobre todo después de presenciar crímenes masivos contra la humanidad como los campos de exterminio del III Reich o las guerras entre potencias económicas. Circunstancias límite en que la violencia y la muerte eran percibidas con indiferencia por una parte importante de la población.

Stanley Milgram: un psicólogo norteamericano de la Universidad de Yale llevó en el año de 1961 una serie de experimentos cuya finalidad era medir la disposición de un participante para obedecer las órdenes de una autoridad, incluso cuando estas órdenes pudieran ocasionar un conflicto con su sistema de valores y su conciencia.

La preparación del experimento de Milgram

40 participantes por correo y por anuncio en el periódico en el cual se les invitaba a formar parte de un experimento sobre “memoria y el aprendizaje” por lo que además, por el simple hecho de participar se les pagaría una cifra de cuatro dólares (equivalente a unos 28 actuales) asegurándolos que conservarían el pago “independientemente de lo que pasará después de su llegada”.

Se les hizo saber que para el experimento hacían falta tres personas: el investigador (que portaba una bata blanca y actuaba como autoridad) el maestro y el alumno. A los voluntarios siempre se les asignaba mediante un falso sorteo el papel de maestro, mientras que el papel del alumno siempre sería asignado a un cómplice de Milgram. Tanto maestro como alumno serían asignados en habitaciones diferentes pero conjuntas, el maestro observaba siempre como el alumno (que en realidad siempre era el cómplice) era atado a una silla para “evitar movimientos involuntarios” y se le colocaban electrodos, mientras el maestro era asignado en la otra habitación frente a un generador de descarga eléctrica con treinta interruptores que regulaban la intensidad de la descarga en incrementos de 15 voltios, oscilando entre 15 y 450 voltios y que, según el investigador, proporcionaría la descarga indicada al alumno.

Milgram también se aseguró de colocar etiquetas que indicaran la intensidad de la descarga (moderado, fuerte, peligro: descarga grave y XXX). La realidad era que dicho generador era falso, pues no proporcionaba ninguna descarga al alumno y sólo producía sonido al pulsar los interruptores.

La mecánica del experimento

El sujeto reclutado o maestro fue instruido para enseñar pares de palabras al aprendiz y de que, en caso de que cometiera algún error, el alumno debía ser castigado aplicándole una descarga eléctrica, que sería 15 voltios más potente tras cada error.

Evidentemente, el alumno nunca recibió descargas. Sin embargo, para dotar de realismo la situación de cara al participante, tras pulsar el interruptor, se activaba un audio grabado anteriormente con lamentos y gritos que con cada interruptor incrementaba y se hacían más quejumbrosos. Si el maestro se negaba o llamaba al investigador (que se hallaba cerca de él en la misma habitación) éste respondía con una respuesta predefinida y un tanto persuasiva: “continúe por favor”, “siga por favor”, “el experimento necesita que usted siga”, “es absolutamente esencial que continúe”, “usted no tiene otra opción, debe continuar”. Y en caso de que el sujeto preguntara quién era responsable si algo le pasaba al alumno, el experimentador se limitaba a contestar que él era el responsable.

Resultados

Durante la mayor parte del experimento, muchos sujetos mostraron signos de tensión y angustia cuando escuchaban los alaridos en la habitación contigua que, aparentemente, eran provocados por las descargas eléctricas. Tres sujetos tuvieron “ataques largos e incontrolables” y si bien, la mayoría de los sujetos se sentían incómodos haciéndolo, los cuarenta sujetos obedecieron hasta los 300 voltios mientras que 25 de los 40 sujetos siguieron aplicando descargas hasta el nivel máximo de 450 voltios.

Esto revela que el 65% de los sujetos llegó hasta el final, inclusive cuando en algunas grabaciones el sujeto se quejaba de tener problemas cardíacos. El experimento concluyó por el experimentador tras tres descargas de 450 voltios.

Conclusiones extraídas por Stanley Milgram

A) Cuando el sujeto obedece los dictados de la autoridad, su conciencia deja de funcionar y se produce una abdicación de la responsabilidad.

B) Los sujetos son más obedientes cuanto menos han contactado con la víctima y cuanto más lejos se hallan físicamente de ésta.

C) Los sujetos con personalidad autoritaria son más obedientes que los no autoritarios (clasificados así, tras una evaluación de tendencias fascistas) .

D) A mayor proximidad con la autoridad, mayor obediencia.

E) A mayor formación académica, menor intimidación produce la autoridad, por lo que hay disminución de la obediencia.

F) Personas que han recibido instrucción de tipo militar o con severa disciplina son más propensos a obedecer.

G) Hombres y mujeres jóvenes obedecen por igual.

H) El sujeto siempre tiende a justificar sus actos inexplicables.

Relevancia criminológica del experimento

Tras la Segunda Guerra Mundial, se llevaron juicios posteriores a los criminales de guerra (entre ellos Adolf Eichmann) por el holocausto judío. La defensa de Eichmann y de los alemanes cuando declaraban en juicio por crímenes contra la humanidad fue, que ellos sencillamente se remitían a cumplir y seguir órdenes, lo que posteriormente llevó a Milgram a plantearse las siguientes preguntas ¿Los nazis fueron realmente malvados y desalmados o se trató de un fenómeno grupal que podría ocurrirle a cualquiera en las mismas condiciones? ¿Podría ser que Eichmann y su millón de cómplices en el holocausto solo siguieran órdenes de Hitler y Himmler?

La obediencia a la autoridad, un principio que explicaría la violencia institucionalizada

El principio de obediencia a la autoridad ha sido defendido en nuestras civilizaciones como uno de los pilares en los que se sostiene la sociedad. En un plano general, es la obediencia a la autoridad la que permite la protección del sujeto, sin embargo la exacerbada obediencia puede resultar un arma de doble filo cuando el socorrido discurso de “solo obedecía órdenes” exime de responsabilidades y disfraza de deber los impulsos sádicos.

Antes del experimento, algunos expertos hipotetizaban que sólo un 1% al 3% de los individuos activaría el interruptor de 450 voltios (y que dichos sujetos además experimentarían alguna patología, psicopatía o impulsos sádicos) Pese a ello, se descartó que alguno de los voluntarios tuvieran patología alguna, así como también se descartó la agresividad como motivación tras una serie de diversos exámenes a los voluntarios. Vistos los datos, Milgram postuló dos teorías para intentar explicar los fenómenos.

Primera teoría: la conformidad con el grupo

La primera basada en los trabajos de conformidad de Asch, plantea que un sujeto que no tiene la habilidad ni el conocimiento para tomar decisiones, (particularmente ante una crisis) transferirá las decisiones al grupo.

Segunda teoría: la cosificación

Rata fue el término con el que los Nazis identificaban a los judíos, y Cucarachas fue el término con el que los Utus identificaban a los Tutsis

La segunda teoría más ampliamente aceptada es conocida como cosificación y hace referencia a que la esencia de la obediencia consiste en que la persona se percibe únicamente como un instrumento para la realización de los deseos de la otra persona y por ende, no se considera como responsable de sus actos. Así ocurrida esta “transformación” de la auto percepción, todas las características esenciales de la obediencia ocurren.

Un experimento que supuso un antes y un después en la Psicología social

El experimento de Milgram representa uno de los experimentos de la Psicología social de mayor interés a la criminología a la hora de demostrar la fragilidad de los valores humanos ante la obediencia ciega a la autoridad.

Sus resultados demostraron que personas ordinarias, ante la orden de una figura con apenas un poco de autoridad, son capaces de actuar con crueldad. De esta manera la criminología ha logrado entender cómo algunos criminales que han cometido salvajes genocidios y ataques terroristas han desarrollado un nivel muy alto de obediencia a lo que ellos consideran autoridad.

Referencias bibliográficas

  • Milgram, S. (2002), “Obediencia a la autoridad” Editorial Desclee de brouwer.


Referencias filmográficas








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