Hablemos de SEXO. cap. 28

Karen Gurney (Psicóloga británica) nos dice que el sexo es muy importante psicológicamente. Pero no estamos entendiéndolo bien, ha sido tabú durante mucho tiempo y nos falta conocimiento por la falta de comunicación. Las estadísticas nos indican que cada vez se tienen menos relaciones sexuales.

Socialmente el sexo incluye todo lo que te despierte las hormonas, desde una caricia hasta la penetración y lo que caiga, sin embargo, en general todo lo que no es penetración lo consideramos como sucedáneo o jueguecitos, sin darnos cuenta que son tanto o más importante que la penetración.

El 52% de las mujeres y el 42% de los hombres no están contentos con su vida sexual.

A las mujeres les cuesta más que a los hombres el mantener el deseo en el tiempo.

Cada uno somos un mundo y hay infinitas posibilidades de disfrutar del sexo. Fantasías, sexo predecible…

Cuando el sexo es bueno las relaciones tienden a durar más, la gente es más productiva al día siguiente.

No hablamos de sexo, es difícil e incómodo. Pero hablamos tan poco de ello , que muchos de los problemas que creemos tener se podrían arreglar con una buena conversación. 

Iniciación: Suele ser el problema más generalizado, porque muchas veces no somos claros, esperamos sexo en momentos predecibles y el otro puede que ni lo esté pensando, queremos que nos lean la mente y eso no suele pasar. Todos queremos sentirnos deseados, pero tendemos a la monotonía, el estrés y el cansancio no dejan espacio para la excitación, si la pareja es de larga duración suele haber toneladas de pequeños rencores que matan las ganas.

Las mujeres suelen ser más directas que los hombres al proponerlo, pero tendemos a proponerlo siempre de la misma forma y siempre la misma parte, y eso aburre. Es mejor no ser tan directo y construir un espacio desde que se sugiere hasta que se consuma, porque ese espacio nos pone más cachondos. Además esto hace que el gatillazo sea menos posible, porque nos mantiene excitados sin la presión de tener que tener ya la erección y nos mantiene imaginando y eso excita.

Hay mucha gente que sólo toca o besa a la pareja cuando creen que van a follar y si hubiera infierno del sexo…yo personalmente metería a todos esos allí, los besos, caricias y demás son el mejor afrodisíaco que existe. ¿Quizá nos interese apagar la tele y dedicarle un poquito más de esfuerzo?, la excitación es casi toda psicológica…con lo que no tenemos excusas.

Aprendizaje: En la mayor parte de las cosas de la vida, podemos observar a los demás para aprender, pero ¿de dónde aprendemos las cosas del sexo?, en el porno, en amigos (que a lo mejor tienen menos idea que nosotros o por lo menos seguro que tienen una idea diferente de lo que es el buen sexo para ello) y esto nos da cierta idea y seguridad, pero también nos impone ideas preconcebidas que no tienen nada que ver con el sexo que nos gusta. Sólo hay que hacer preguntas y ver la variedad de respuestas. Queremos ser expertos de algo de lo que no hablamos y que mantenemos en la intimidad. La única forma fiable de aprender se limita a la práctica por que no hablamos de sexo.

¿Qué es la virginidad?, ¿Es necesario correrse para sentir placer en el sexo?, 

Pornografía: El porno nos da una especie de guion sobre cómo hacer las cosas, pero en un estudio sobre PORNHUB se vio que el placer femenino solo se mostraba en el 18% de los videos (la mujer queda olvidada, gran paradoja, porque ellos están obsesionados con hacemos disfrutar) y que el 78% de los videos gira en torno a la penetración, que según los estudios es de donde más placer sacan los hombres y del que menos las mujeres. El porno nos instruye de cómo hacerlo, cuando empezar, cuando acabar, qué placer se prioriza….

Atención & Distracciones: La atención en el sexo es crucial y cada vez tenemos la atención más secuestrada (trabajo, pantallas, scrolling…). Hay un nuevo fenómeno que hace que cada vez tengamos menos capacidad de atendernos para estas cosas, porque estamos permanente ocupados y estresados, con lo que no dejamos el espacio para que el deseo aparezca. No dejamos ni un minuto de tiempo libre en nuestro día a día. Imagínate cómo era esto sin pantallas ni tele hace 70 años

Las distracciones durante el polvete (el 90% de la gente se distrae) matan la libido y hacen mucho más difícil sentir lo que está pasando. Sin embargo, si trabajamos sobre esas distracciones (Gurney recomienda el mind-fullnes) volvemos a estar cachondos. Es como darse cuenta de que estás pensando en tu suegra y automáticamente cambiar la atención a lo que estamos haciendo. Cuando nos dejamos llevar por el momento, la atención tiende a centrarse totalmente en ello y lo demás pasa a un plano completamente secundario, pero paradójicamente cuanto más te preocupa tu desempeño, más nos estresamos y más nos cuesta tener sexo. 

EL ESTRÉS y LA PRESIÓN MATAN AL BUEN SEXO. Podemos incluso condicionarnos a no tener sexo por miedo a no cumplir las expectativas propias o las del otro.

Comunicación: Es muy difícil hablar de sexo con tu pareja, especialmente si no estamos contentos con nuestra vida sexual, porque tendemos a entenderlo como una crítica ofensiva, en vez de constructiva. La comunicación está directamente relacionada con la calidad del sexo y la satisfacción con la relación.

Nos resulta difícil hablar, porque nonos han educado para ello (el sexo es un tabú y es muy incómodo de hablar), por ello no tenemos práctica, también hablar de ello nos supone un riesgo grande….por estas cosas es más fácil no hablar que hacerlo. ¿Entonces cómo mejorar nuestra vida sexual si no nos atrevemos a hablar?

Como hablar de SEXO:  Podemos empezar a ver como funciona nuestra comunicación en otros temas antes del sexo. Una vez visto que podemos hablar, podemos sacar temas sexuales echándole la culpa a un Podcast que hemos oído o a un programa, o a un amigo…….pero sin hablar de “nuestro sexo” (podemos hablar de que hemos oído que si te meten esto por aquí o si te tocan ahí es una pasada), después podemos empezar a hablar de lo que nos gusta de “nuestro sexo” (solo de lo bueno) y así creamos una costumbre que nos permitirá hablar de lo que no nos gusta y de lo que nos gustaría.

Atracción: Nos han vendido que para follar hay que estar super atraídos por la pareja y envueltos en un torbellino de pasión, pero la experiencia nos dice que no. La atracción es psicológica y se va apagando con el tiempo. Pero mejorando la comunicación y la disposición, la atracción vuelve y puede incluso mantenerse guay toda la vida.

Siempre tiene que haber un mínimo de atracción (mi límite es la grima), si ese límite no se alcanza o ya hay otras personas, a lo mejor hay que hablar de otras cosas y no de mejorar el sexo.

¿Que nos quita la atracción y la líbido?: Sentir excesiva dependencia de la pareja hacia ti (como la de un hijo que necesita de ti para todo, compras, limpiar), especialmente la dinámica de que tú haces las cosas y el otro las deshace, los niños pequeños (hasta los 6 normalmente), el estrés, el embarazo, el paso del tiempo, el aburrimiento….

Deseo: Hablábamos de un torbellino de pasión y deseo que nos han vendido como necesario para mantener una vida sexual satisfactoria (esto viene del porno, películas, libros…). Pero la realidad del deseo es lo contrario de lo que se dice que es normal. 

A las mujeres nos suele costar más mantener el deseo. El 34% de las mujeres y el 15% de los hombres dicen querer sexo más a menudo de lo que lo hacen. Hay mujeres que nunca sienten ese torbellino que las lleve a proponer follar.

Desde las investigaciones que se hicieron n los 70, nos dicen que para follar, el deseo debe ser espontaneo y el desencadenante del sexo, que primero hay que sentir unas ganas que te cagas de zumbarte al otro y hacerlo, pero lo que pasa con el deseo en realidad es que casi nunca empieza así, como algo que te cae sobre la cabeza y no te deja ver nada más que a tu J.Momoa privado. Ahora sabemos que el deseo disminuye naturalmente con el tiempo, con la asignación de roles (sexuales, ser pareja, compañero de piso, hijo que no debería ser hijo, teniendo hijos…), pero también sabemos que el deseo se desencadena la inmensa mayoría de las veces por un pensamiento sensual (tipo “uy que polvete más chulo te echaba”, o “¿y si hiciese esto o lo otro o me lo hicieran a mí?”) y a esto le sigue una actitud sexual, PRIMERO NOS SENTIMOS SEXUALES y LUEGO ACTUAMOS CONFORME A ELLO. También hay pensamientos no sexuales que nos llevan al sexo (querer sentirse cerca del otro, querer disminuir el estrés, querer sentirse deseado, querer pasalo bien, demostrarle al otro que le quieres…) 

A las mujeres nos suele costar más mantener el deseo. El 34% de las mujeres y el 15% de los hombres.

El problema es que esperamos a que la lujuria (o deseo espontaneo) nos arrase para tener sexo y subestimamos la cantidad de otras motivaciones (deseo reactivo) que nos puede llevar al sexo. Así acabamos por no hacer nada.

Una forma de hacer que el deseo surja es siendo consciente de las cosas que desatan el deseo: un mensaje calentorro, caricias, besos, dormir desnudos, la variedad, la distancia. El deseo nace de sentirse deseado y si no hacemos por sentirnos así el sexo será menos y peor.

SEXUAL CURRENCY (efectivo sexual): Es todo lo que te hace sentir sexual, menos el sexo, las cosas que no harías ni de coña con tus amigos o familiares, pero si con tu pareja. Son todos los actos y palabras que le dedicas al otro para hacerle sentir deseado. Besos, piropos, caricias, masajes, mensajes, miradas, bromas…

El efectivo suele ir disminuyendo con el tiempo y la rutina. Las parejas sólo se comportan de forma sexual cuando van a follar y el resto del tiempo no hay nada, ni un triste beso para imaginar. 

Aumentando el efectivo sexual, mejoramos nuestra relación en general y disminuimos la presión de las expectativas. Todos queremos sentirnos deseados y sabemos lo duro que es no sentirse así. Cuando el efectivo es alto, el deseo aumenta y se mantiene en el tiempo, si estamos seguros de que el otro nos desea nos sentimos más libres de iniciar el juego e incluso de rechazarlo (nos pueden invitar a darnos un baño juntos y que al final, por lo que sea no haya kiki). Hay gente que espera a las fechas señaladas para iniciar y esto provoca mucha tensión por las enormes expectativas y hace que el rechazo se tome de forma muy ofensiva. 

Señores, hacemos una llamada a las personas que se definen como “poco afectuosas”, porque os estáis condenando a una vida sexual peor de lo que podría ser. ¿Vale la pena?.

Fantasías: Extrañamente no hablamos de nuestras fantasías, solemos esperar a que el destino haga su magia y de repente pase en uno de nuestros encuentros. Lo cual no suele pasar. 

Como hablar se sexo es difícil (que si podemos hacerlo es más corto y menos trabajoso que escribir), podemos intentar escribir como imaginamos que sería el mejor polvete del mundo y compartirlo con nuestra pareja (si encima conseguimos que la otra parte haga lo mismo, mejor que mejor), además como estaremos hablando de gorrinadas, ya nos ponemos un poquito, porque aparte de contar la fantasía hay que analizar un poco por qué nos pone más que lo demás. Si lo que le mola al otro nos parece compatible con nuestros gustos, sólo es cuestión de probar y ser sinceros en lo que nos parece. Pero ¿qué pasa si una de las partes no quiere probar la propuesta del otro?

Aquí habrá que negociar, por eso es bueno que expliques, por qué es tu fantasía, qué es lo que más te gusta de ella, qué cosas te hacen sentir más excitado… El fantasioso puede considerar como de necesario considera llevar a cabo su fantasía y el otro, si hay cosas de la fantasía que esté dispuesto a hacer. Los límites son importantes y la confianza más aún. 

Frecuencia: La frecuencia ideal es la que te haga feliz, lo demás son chorradas

En un pueblo de Polinesia, llamado Mangaiano, las parejas de 18 años tienen relaciones sexuales en promedio 3 veces por la noche, todas las noches, hasta que cumplen 30 años, cuando su promedio baja a sólo 14 veces por semana.

Suficiente con 10 minutos.2 minutos es demasiado poco, de 3 a 7 es un tiempo aceptable, y más de 12 minutos, un acto sexual demasiado largo. 

El sexo no disminuye para muchas personas mayores

El sexo puede disminuir los niveles de estrés

El izquierdo, el lado del clítoris mayor placer para la mujer.

Las mujeres pueden tener orgasmos ilimitados y también pueden eyacular.

Una vida sexual activa, el mejor efecto rejuvenecedor.

En promedio, un 29 % de las mujeres llega virgen al matrimonio.

El orgasmo femenino es un poderoso analgésico debido a la liberación de endorfinas

Después del orgasmo obtenido en la relación sexual o en la masturbación, se concilia el sueño con más facilidad.

Los indios americanos tienen, en promedio, el pene de mayor longitud en el mundo, mientras que los polacos tienen el de mayor grosor.

Sólo un hombre de cada 400 es lo bastante flexible como para darse a sí mismo placer oral.

En Europa del siglo XIV, los nobles más destacados tenían permitido exhibir públicamente sus genitales bajo una túnica corta, mientras que aquellos no tan bien dotados podían, si querían, usar un falsete de cuero que llamaban “bragueta”.

El chimpancé tiene el récord de rapidez en el acto sexual entre los mamíferos, pues lo consuma en sólo 3 segundos. El ratón necesita 5 segundos, y las ballenas y los elefantes 20.

Según los sexólogos, es posible que algunas mujeres lleguen a experimentar hasta 100 orgasmos por hora

Según la Asociación Española de Andrología, ASESA, los penes, según su tamaño, se clasifican en: Pene Pequeño, si mide entre 12 y 13 centímetros; Pene medio: si está entre los 13 y 15 centímetros; Pene normal, entre 15 y 17; Pene grande, entre los 17 y 20 centímetros; y Macropene, si mide más de 20 centímetros.

Según expertos, Shakespeare utilizó 45 sinónimos del pene en todas sus obras.

Cada segundo, cerca de 28 mil usuarios de Internet están viendo pornografía.

Foto de Romi Yusardi en Unsplash

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y sobre todo gracias a Alejandro C. G. por ayudarnos con la música para el podcast. Os dejamos su Instagram para que le deis amor a él tambien:   / frzo_fr